lunes, 15 de junio de 2009

31- Valer un potosí 7-9/06/09

Algunos Datos

Potosí es la ciudad más alta del mundo. Así dicho, sin más rodeos. Posiblemente no existiría si no fuera por el cerro que corona la ciudad; el cerro Rico. De este lugar se extrajo tanta plata que los miles de millones de toneladas que dicen algunas fuentes se quedan especialmente cortas. De ahí viene la frase que Quijote le dice frecuentemente a Sancho de que algo vale más que un potosí. El esplendor del imperio español y muchas de las batallas se sufragaron con la riqueza que salía de esa montaña que se llegó a llamar la octava maravilla del mundo. En pleno siglo XVIII cuando París, Londrés o Sevilla no llegaban a 100.000 habitantes en Potosí ya vivían 150000 personas.


Aunque ya no queda plata pura en el cerro todavía se saca óxido de plata con el que se obtiene buena plata de ley, además claro, de otros minerales. Toda la ciudad está orientada a la minería y aunque tiene bastante contaminación, es muy pintoresco recorrersus calles, plazas y mercados. Si un minero no quiere trabajar por libre, deberá estar de peón durante cinco años, durante estos ganará 2 o 3 euros al día trabajandouna media de ocho horas diarias. Después de cinco años consigue trabajar al cincuenta por ciento con el jefe. Lo cual no supone un gran incrementodel salario porque hay que dar altos porcentajes a las cooperativas. Sólo después de quince años puede llegar a ser socio de la cooperativay si el tío ayuda y se encuentra una buena veta hacer dinero de forma considerable.Los mineros comienzan a trabajar desde los dieciocho años a veces antes. Comienzan a morir con cuarenta y cinco años. Es casi imposible que un minero sobrepase los cincuenta y cinco años.
Una Experiencia

Bajar a las minas fue una de las experiencias más impactantes y espeluznantes de mi vida. Afortunadamente nuestro guía Oscar demostró tener mucha psicología y nos ayudó mucho.
Primero te dan el equipo de minero, especialmente útil el casco y la linterna y luego se va a un mercado a comprar bebidas, coca y dinamita para regalar a los mineros que se visita. También se visita un ingenio, donde se separa la plata de otros minerales. Después se visita la mina, en la puerta de la candelaria había rastros de sangre porque dos días atrás en una fiesta ritual habían sacrificado llamas para darle sangre y alcohol a la Pachamama. Antes de beber un trago siempre se riega un poco el suelo para que la Pachamama ayude. Pero sin duda la gran divinidad de las minas es el "tío" una variante del diablo occidental que cuenta con varios altares en los niveles de la mina, aunque los mineros sean católicos y se santigüen antes de entrar a trabajar, una vez dentro, allí no existe Dios, sólo el tío, él es el que dispone todo lo que allí ocurre y se le ofrenda coca y alcohol para que ayude.
Edurne terminó volviéndose tras recorrer cuatrocientos metros en los que el aire comenzabaa hacerse irrespirable (eso ayudó a tener fotos de mineros trabajando fuera). Yo que soy terco como una mula decidí seguir un poquito más. Entonces llegó el calor. Se pasa de los ocho grados del exterior a veinticinco en un par de curvas. Se comienza a sentir el ahogo y el corazón comienza a latir violentamente.
Por un pasadizo a gatas, subían un puñado de mineros que hablaban en quechua y que Oscar me dijo nos pedían coca. Les dimos una bolsa que habíamos comprado, parecían muy rudos, pero el guía me explicó que es un poco de pose. No sé como me engatusó y acabé arrastrándome pasaje abajo. Olía a fósforo y a monóxido de carbono. Y teniendo en cuenta la altitud y el miedo en seguida comencé a ahogarme, Oscar me cambiaba de conversación y yo procuraba concentrarme en respirar con tranquilidad olvidándome de que estaba dentro de las tripas de la montaña. Bajamos un nivel y luego otro. Estábamos s a sesenta metros del primer nivel, pero corría algo de aire y me animé un poco. Un piso más y veremos mineros trabajando me dijo Oscar. Vamos, le dije. Y allí llegamos, un jefe y su peón trabajaban. El hombre tenía cuarenta y cuatro años pero era como estar delante de un ancianito. Nos dijo de cuanta ley era la plata que estaba separando pero no se acordaba de lo que había ganado un día antes de la borrachera que tenía. En la mina se bebe y se masca coca para soportar las horrorosas condiciones. Podemos pasear un poco más por el tercer nivel me sugirió Oscar, pero ya tenía suficiente mina (1 hora y media dentro) y le pedí que subiéramos. Nuevamente a arrastrarse y a tranquilizarse y calmar la respiración y por fin el primer nivel. Allí no pude evitar sentir cierta euforia y palmeando la espalda de Oscar sugerirle que por favor dejara ese trabajo tan espantoso, aquí no hay otra cosa me dijo, aunque quizá para él que está aprendiendo inglés y que alterna la minería con el turismo pueda haber una salida y termine dejando la mina. Acuérdate de esto cuando estés trabajando me dijo, quizá te ayude. Y también me dijo, esto no se te va a olvidar nunca. Y es cierto, seguro que esa experiencia no la voy a olvidar jamás.
Dos perspectivas del infierno

1 comentario:

  1. Con esta experiencia tus alumnos te van a parecer angelitos. muchos besos. Tata

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