martes, 9 de junio de 2009

30- El rostro encerrado de Bolivia

No llevamos ni dos semanas en Bolivia y ya nos sentimos completamente fascinados por este país que comprende alguna de la naturaleza más salvaje del planeta. Gran parte del territorio está situado en el altiplano a una altitud de 4000 metros. Mucho calor por el día y mucho frío por las noches, sobre todo ahora que empieza el invierno. Además es difícil no sufrir los males de altitud- el soroche- en esas alturas. Fatiga, ahogo, mareos, electricidad al mínimo contacto con la lana, ganas de orinar, son algunos de los síntomas más habituales, en sus variantes más extremas se pueden producir edemas cerebrales o pulmonares o sea que lo mejor es tomarlo con calma, andar poco, no beber alcohol, beber mucha agua y dormir solito, al menos hasta que el cuerpo se acostumbre.
Estos paisajes radicales de alguna forma influyen en la gente. Por ejemplo para combatir la fatiga que produce la altitud y para combatir la fatiga en general, se utilizan las hojas de coca, que se dejan en la boca y cuya sustancia permite eliminar el sueño, el hambre o la diarrea. Los mineros la utilizan para soportar las condiciones de su trabajo.


Bolivia además es un país enormemente fotogénico. El colorido de las ropas de sus gentes, sus rostros curtidos por ese sol tan cercano y la marca de la dureza de su forma de vida hace que uno se vea tentado a no dejar de disparar su cámara. Paradójicamente a poco que uno lo intente verá que las mujeres se dan la vuelta o se meten en sus casas, o los niños se niegan y piden dinero a cambio de una foto, o se dice no, o como me pasó esta mañana en un mercado te tiren una judía para avisarte de que al fotografía no es grata allí. Ni siquiera después de hablar un rato con ellos se muestran partidarios de verse retratados, acaso porque eso no va a arreglar su forma de vida, porque Bolivia es el país más pobre de sudamérica y se pasó cien años perdiendo guerras desde la independencia, porque Chile lo dejó sin salida al mar y lo dejó encerrado, más pobre todavía. Porque pasó de tener 3000 kilómetros cuadrados a sólo 1000, porque no levanta cabeza políticamente y las revueltas sociales son más frecuentes que en cualquier país de la región. Así que a medida que estamos más tiempo en el país y vemos cosas de la vida y aprendemos de su historia y su política más entendemos porque el carácter de los bolivianos es el más cerrado del continente y a veces un poco seco. Pero también hemos podido comprobar que detrás de esa costra hay una sencillez y una bondad extremas. Gracias al buen gusto y al zoom de mi compañera de viaje, puedo enriquecer este blog, esta entrada, con algunos de los rostros encerrados de este país.










1 comentario:

  1. El hambre agudiza el ingenio... si por cada foto que te hace un turista consigues una monedita por qué dejarse fotografíar gratis? durante mi estancia en Lima conocí infinidad de "empleos" superoriginales que se inventaba la gente por trabajar en algo, cuando no hay nada, como por ejemplo, las combis (pequeños autobuses particulares) que van por la ciudad recogiendo gente... hay uno que va en la puerta llamando a la gente para "invitar" a subir, y hay otros que están en la parada para "comunicar" a los conductores a cuántos minutos pasó el anterior... así si ha pasado hace poco significa que va ser más difícil que en la próxima parada haya gente, por lo cual decelera (con la consiguiente protesta de los que van dentro) y si van a mucha distancia, te tienes que agarrar a los asientos porque sabes que va a salir disparado...

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