jueves, 14 de mayo de 2009

22- El valle del Elqui 11/14-05-09

Cuando era un adolescente y estaba, mucho más que ahora, perdido en el mundo, me gustaba salir después de cenar hasta las eras de mi pueblo a mirar el cielo. Fumaba y miraba el cielo , y me sentía bien. El hecho de tener esa perspectiva del tamaño de las cosas suponía un alivio que entonces no sabía formular. No sabía de la tiranía del ego o del yugo de la importancia personal tal y como la explican los chamanes. Tampoco sabía que inútilmente tratamos de repetir las escenas donde fuimos felices sin encontrar los mismos resultados que la primera vez. Así que seguía fumando y mirando el cielo pero mi mundo seguía sin resolverse.
Antes de salir de viaje, uno de mis destinos ineludibles era visitar los observatorios astronómicos chilenos. A esta altura del país por altitud y condiciones climáticas, están algunos de los cielos más puros del planeta. Y por eso llegué hasta Vicuña, a una hora escasa de la Serena. Yo vine acá por eso, pero una de esas sorpresas agradables que de repente suceden en el viaje, y que están más allá de las guías y consejos. El valle del Elqui se me reveló como uno de los destinos más agradables de mi viaje.

Y eso que llegué medio enfermo, arrastrando lo que deduje que era una gastroenteritis. Decidí alojarme en un alojamiento un pelín más caro de lo habitual, (venía de un zulo), ya que si estaba enfermo quería una habitación decente. Y en esas tuve la suerte de caer en el hostal Valle Hermoso regentado por la señora Lucía. Un cielo de mujer (como los cielos del valle). Una casa de adobe, de techos de cuatro metros y un hermoso y fresco patio. Lucía me preparó varias infusiones de hierbas para mi estómago y me dio muchos consejos sobre la zona.
El valle del Elqui es ciertamente un sitio especial. En Vicuña, el núcleo urbano más grande, hay un ambiente perezoso y tranquilo, en el que se respeta escrupulosamente la hora de la siesta. Los días son cálidos y azules y por la noche llega el frío y las estrellas. Acá nació la gran poetisa Gabriela Mistral, aquí dio clases en una escuelita muy modesta y también, en Montegrande, un pueblito muy pequeño, está enterrada.
Hay un ambiente new age en algunos pueblos del valle, se dice que el sitio está ubicado en un sitio geomagnético especial y por experiencia propia puedo decir que es cierto. Proliferan sitios donde se ofertan clases de yoga o donde se ofertan diferentes enseñanzas espirituales. El valle está además lleno frutales y vides con lo que predomina el buen pisco y los jugos naturales de kiwi, naranja, papaya o melón.



Aunque no había demasiado por hacer, desde Mendoza había decidido ir con tranquilidad en el viaje y hacer lo que me apeteciera a mi ritmo, así que me quedé en Vicuña algunos días simplemente dejando que las cosas surgieran. Hice un par de visitas a unas destilerías del pisco (aquí están algunas de las más importantes del país) donde te explican como se saca este licor de la uva moscatel. También visité la bodega "los nichos", de una de las destilerías del valle más antiguas. Un lugar regentado por un tal Rigoberto Rodriguez Rodriguez que se reunía a piscolear con sus amigos en un rincón de la bodega. El sitio se hizo famoso y aquí vinieron muchos escritores, presidentes de la república e intelectuales liberales. Como el sitio es pequeño Rigoberto puso una condición, todo el que entrara vertical debía salir en horizontal. Además la bodega está llena de simbología masónica y guarda algunas de las botellas más antiguas de pisco en nichos, los nichos para el alma de Rigoberto y sus mejores amigos, para que tras su muerte pudieran volver a la bodega a reunirse y tomar pisco, jugar dados y hablar de sabe Dios qué cosas.

Además claro, visité un observatorio astronómico. La primera noche estuvo nublado y se anuló pero la segunda tuve suerte y pude hacer la visita. Allá te explican algunas nociones básicas de astronomía y luego sales a las terrazas donde te muestran algunas constelaciones y ves por el telescopio estrellas, y otras galaxias. También te muestran Saturno, que se ve pequeñito, como un insecto blanco, pero sobre el que se distingue perfectamente el anillo. Y también claro, nuestra luna, que cada siglo se separa un centímetro de la tierra.


2 comentarios:

  1. Toto espero que estés mejor de la gastroteritis, veo que te lo estás tomando más calmadito. Se te echo de menos en la celebración de mi cumple en el "prao" de Pradena, aunque estuvimos muy alegres y comentando lo bien que te lo estás pasando. muchos besos de la tata.

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  2. Antonio, sè que uno de estos dìas, en Leo, estàs de cumpleaños. Te deseo mucha felicidad y que sigas viajando por el mundo y visitando los màs agradables e interesantes lugares. Siempre agradecerè que me hayas comparado con los cielos de Elqui, los màs lindos del mundo. Pienso me miraste con los ojos del corazòn, y eso habla muy bien de ti. Saludos afectuosos.Lucìa.

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